Las células cerebrales (neuronas) se comunican produciendo diminutos impulsos eléctricos. Esta actividad eléctrica puede medirse mediante pequeños electrodos situados en diversas áreas del cuero cabelludo que miden los cambios en la actividad eléctrica del cerebro. El aparato utilizado para medir dicha actividad recibe el nombre de electroencefalograma (EEG).
Los investigadores consideran que un cerebro en su pleno funcionamiento puede generar hasta 10 vatios de energía eléctrica. La actividad eléctrica que emana del cerebro se muestra en el EEG en forma de ondas cerebrales. Dado que la intensidad de los cambios eléctricos está directamente relacionada con el grado de actividad neuronal, las ondas cerebrales varían en amplitud y frecuencia, según nos encontremos despiertos o en alguna de las diferentes fases del sueño.
Existen cuatro tipos de ondas: alfa, beta, theta y delta. A continuación se describen los diferentes tipos de ondas en orden de mayor a menor actividad.
Ondas Beta:
Se producen cuando el cerebro está despierto e implicado en actividades mentales. Son ondas amplias y las más rápidas de las cuatro. Su frecuencia oscila entre 15 y 40 ciclos por segundo. Denotan una actividad mental intensa. Cuando una persona está dando un discurso, estudiando, realizando un problema de matemáticas, etc. su cerebro se encuentra emitiendo este tipo de ondas.
Ondas Alfa:
Alfa representa un estado de no actividad y relajación. Son más lentas y de mayor amplitud que las beta. Su frecuencia oscila entre 9 y 14 ciclos por segundo. Una persona que ha terminado una tarea y se sienta a descansar, se encuentra a menudo en un estado alfa, así como la persona que está dando un paseo, disfrutando del paisaje.
Ondas Theta:
Son ondas de mayor amplitud y menor frecuencia (entre 5 y 8 ciclos por segundo). Se trata de un estado de meditación profunda. La persona que está fantaseando o, como suele decirse, soñando despierta, se encuentra en este estado, así como la persona que tras conducir un rato, de repente se da cuenta de que no recuerda los últimos kilómetros. Es el estado más inspirador.
A menudo, una persona tiene las mejores ideas cuando predominan este tipo de ondas. Se trata de un estado en el que las tareas que realizas se han vuelto tan automáticas, que no necesitas tener un control consciente de su realización y puedes distanciarte de ellas mentalmente. Es decir, tu mente está en “otro sitio”. Las ideas que surgen en la mente en este estado fluyen con libertad y sin censura o culpa.
Ondas Delta:
Son las ondas de mayor amplitud y menor frecuencia (entre 1,5 y 4 ciclos por segundo). Nunca llegan a cero, pues eso significaría la muerte cerebral. Es un estado de sueño profundo.
Cuando nos vamos a dormir, las ondas cerebrales van pasando sucesivamente de beta a alfa, theta y finalmente, delta. Durante el sueño se producen ciclos que duran unos 90 minutos.
Cuando una persona despierta de un sueño profundo, la frecuencia de sus ondas cerebrales se va incrementando progresivamente, pasando de delta a theta, luego alfa y finalmente, beta. Durante este proceso de despertar, no es extraño que una persona permanezca en un estado theta durante un tiempo (por ejemplo, unos 15 minutos). Esto le permitirá tener un libre flujo de ideas, lo cual puede aportarle soluciones, ideas nuevas o nuevos puntos de vista, siendo este un estado especialmente creativo y productivo. De ahí la expresión “lo consultaré con la almohada”, pues a veces las mejores ideas o la solución a un problema aparecen después de una noche de sueño.
Las investigaciones han mostrado que aunque un estado cerebral puede predominar en un momento dado, los tres tipos de ondas restantes están también presentes en todo momento. Es decir, mientras una persona está implicada en una actividad mental, produciendo ondas beta predominantemente, las ondas alfa, theta y delta se están produciendo también, aunque sólo estén mínimamente presentes.
Anteriormente se creía que el estado Beta era el ideal para aprender; pero nuevos descubrimientos han demostrado que el estado ALFA es el mejor para aprendizaje y grabar nueva información en el subconsciente. He aquí la respuesta a nuestra pregunta original. El mejor momento para realizar visualizaciones es justo antes y después de dormir, porque se pasa por el estado ALFA. De esa manera, las imágenes que creamos al visualizar penetran de mejor forma en nuestra mente subconsciente, lo que permitirá que se manifiesten más fácilmente.
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