Soy tan esquizo-conspiranoico que he llegado a pensar que los recortes en servicios públicos del partido político CiU en Catalunya han sido pensadas en un momento en el cual se podía transformar el discurso metapolítico de los indignados en uno político, a saber:
Que la orientación anti-banca (supeditación política al sistema financiero) del movimiento quedase en segundo plano ante la inminencia de unos recortes injustificables que focalizaban el descontento social ante una cuestión de menor jerarquía, de cariz socialista predominantemente.
Esto lo digo porque me extrañó que CiU aplicara esas "medidas" con tanta inmediatez.
Pero bueno, yo soy un pobre loco, que más da. Lo que si es que en el movimiento indignación en Catalunya tiene dos flancos: El antirecortes y aquellos que priorizan, con una mayor amplitud de visión, el problema a su escala real: antisistemica y antifinanciera.
Lo digo por lo que he observado hablando con diferentes personas, entre ellas personal médico y del sector de la enseñanza, pues incluso estos han organizado manifestaciones al margen de tipo mas "exclusivo".
En la desviación está el gusto (del oportunismo ojo)