medida intergaláctica/espacio-temporal

Quiero exponer una reflexión que propone el escritor Jean Sendy en uno de sus libros que me ha dado bastante que pensar últimamente. Se trata de una unidad de medida perteneciente a la tradición hebrea que levanta suspicacias. Este pueblo dividía su día en 24 horas, cada hora en 1080 rega, y cada rega en 76 heleq. Un heleq vale, por tanto, 0,0437398933 segundos... menos de 44 milisegundos. Este heleq es muy extraño en una tradición más antigua en algunos milenios que los cronómetros. Hace 200 años ya se estaba todavía muy lejos de la tecnología que permite evaluar el tiempo en milisegundos. Sin embargo la tradición hebrea transmite una unidad de tiempo que para ser evaluada exige el manejo no de milisegundos, sino de fracciones de milisegundo.

Pero atención, el heleq es la unidad de tiempo necesario para que la luz pueda franquear una distancia "sagrada", trece millones de metros. (por cierto, ninguno de los rascacielos americanos tiene planta 13, como curiosidad)

Pues bien, para determinar, en segundos, la duración de un heleq, las milésimas de segundo no valen. En un heleq, la luz recorre, además, algo más de 13.000.000 de metros.

Como dice Jean Sendy, la naturaleza ignora la perfección del círculo; sólo sabe hacer cosas aproximativamente redondas. Si la relación entre el volumen de la tierra y el sol es exactamente 13 veces una potencia de 10, esto parece tal que una coincidencia. Y si la distancia recorrida por la luz en una fracción exacta de un día terrestre es exactamente del orden de 13.000.000 de unidades definidas con relación a la circumferencia de la tierra, es ésta una rareza mayor todavía, suponindo la prueba de que nuestro planeta constituye una rareza en el universo cuando somos una forma de vida probablemente vulgar sobre un planeta ciertamente vulgar, en un sistema planetario que al igual que los demás ignora la perfección del círculo y se contenta con aproximaciones.

Y como el heleq aparece asociado con la relación volumen tierra-sol, su caso merece ser examinado.

Dividir la hora por 1080 no tiene nada de anormal para quien practica las medidas antiguas: 1080 es 3x360, y 360 era un número habitual entre los astrónomos babilonios. Pero cada una de esas rega de 1/1080 de hora las encontramos divididas por 76. Y 76 no es del todo un número corriente entre los astrónomos de la antigüedad: cuando se divide por 76 se sale uno de las normas; introducir este divisor es dar prueba de que se esperaba obtener un heleq consiguiendo un valor lo más aproximado posible al valor buscado. (Si la rega hubiese sido dividida por 72 heleq, las "normas" habrían sido respetadas, ya que 72 es el doble de un número "habitual", 36... pero el heleq no habría presentado correlación con la velocidad de la luz)

Lo raro del heleq no es solamente la pequeñez de la unidad de tiempo que representa; el divisor utilizado para determinarlo también resulta extraño.

Teniendo en cuenta además que 72 es el número de genios de la cábala, es como mínimo extraño que se forzara la división con un pequeño márgen de amplitud mayor.

jeje... esto es bien raro amig@s

Sobretodo hay que tener en cuenta que la curvatura de la tierra no es perfecta

Y acabo de reparar en otro "pequeño" detalle: según la gematría hebraica 7+6 igual a 13 y nos topamos de nuevo con el número mágico, que, reducido a su vez (3+1) da por resultado 4, lo cual encaja a la perfección con la "cuadratura del círculo".

Decir por demás que el cerebro no consta de dos hemisferios si no de 4, dos femeninos y dos masculinos, entrecruzados entre sí formando una "cruz de san andrés". Dicha cruz es la estructura de base en una pirámide vista desde arriba si trazamos dos diagonales desde los vértices que se tocan en el epicentro de un cuadrado. La X es, básicamente, el móvimiento rotatorio de la cruz (+) cuando se pone en movimiento sobre si misma como las aspas del molino.

Tócate la nariz y baila.

GRACIAS HONGO COSMICO, HAY MUCHAS COSAS QUE MANEJAN DIFERENTE AL RESTO. BESOS

Es que los astrólogos dividen el cielo en cuatro partes iguales que son las 4 estaciones en la precesión de los equinoccios, que en alquímia representan los cuatro elementos aire agua tierra fuego y en el centro la quintaesencia o antimateria. (allí quedaría la glándula pineal)