De: MSN TARANTULA_NOCTURNA (Mensaje original) Enviado: 22/04/2004 8:41
Durmiendo con el enemigo
Mariana Fuentes
El número de mujeres heterosexuales y monógamas infectadas con sida crece alarmantemente en todo el mundo. Y México, queridas mías, no es la excepción.
Las prácticas sexuales sin protección, el ocultamiento y la doble moral de los varones casados que buscan encuentros homosexuales, así como la resistencia de muchas mujeres a exigir protección o de protegerse ellas mismas a través del condón, se encuentran en la raíz de este incremento.
De acuerdo con un estudio del Colectivo Sol y la Red Mexicana de Personas que Viven con VIH –en el que participaron 30 mujeres del DF y cuatro estados de la república–, resulta que la mayoría de las entrevistadas dijeron creer que fueron infectadas en una relación sexual con un hombre. Una lo atribuyó a una violación, y otra más a una intervención quirúrgica.
El 80 por ciento de las mujeres indicó haber sostenido relaciones sexuales con tres o menos parejas en su vida. De hecho, 63 por ciento de ellas sólo tuvo una pareja sexual antes de ser diagnosticada. Ninguna de las que participaron en la investigación aceptó usar drogas inyectadas.
A pesar de las diferencias de edades, estado civil y educación, el estudio señala similitudes importantes, como que la mayoría son madres y con un número promedio de dos hijos.
Asimismo, 66 por ciento reportó que hace algún tipo de contribución económica a su hogar; 38 por ciento dijo que son las únicas proveedoras de recursos económicos para sus familias, y 17 por ciento afirmó que depende de su pareja masculina.
Según dicho estudio, ninguna de las entrevistadas pensó jamás en la posibilidad de infectarse. La mayoría creía que el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) era un problema de homosexuales y prostitutas, e incluso que sólo aparecía en África.
Entre otros hallazgos de la investigación –realizada también en Hidalgo, Guerrero, Nuevo León y el Estado de México–, las mujeres seropositivas no pertenecen a un grupo homogéneo, pues lo mismo se trata de campesinas, empresarias o amas de casa.
La investigación concluyó que la falta de información y poder de decisión de las mujeres contribuye a su vulnerabilidad ante la infección. La mayoría no se infectó involucrándose en prácticas de “alto riesgo” o en actividades socialmente marginadas, como tener sexo con múltiples parejas o usar drogas intravenosas.
En los pocos casos en que las mujeres sospecharon que el comportamiento sexual de sus parejas las ponía en riesgo, también fueron incapaces de tomar medidas efectivas de seguridad, como el uso del condón. Por ello, tanto el Colectivo como la Red recomendaron campañas en los medios de comunicación; el uso de métodos de barrera controlados por las mujeres, y educación e información sobre el VIH/Sida.
Asimismo, resaltaron la importancia de brindar asesoría a todas las mujeres como parte de los servicios de salud básicos, incluyendo la consejería en las pruebas de detección de VIH y diagnóstico, y tratamiento de infecciones de transmisión sexual.
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